Desde los antiguos gabinetes de maravillas, curiosidades y studiolos de siglos pasados, que otrora despertaron el interés de unos pocos privilegiados, los únicos que podían acceder a ellos; hasta las exposiciones actuales, donde los museos se constituyen en auténticos lugares que aglutinan distintas disciplinas del saber, presentadas bajo exposiciones de vanguardia que interesan a muchos, a público variado, en especial a los más pequeños…algo ha cambiado.
El Museo de Ciencias Naturales de Tenerife, incluido en el Museo de la Naturaleza y El Hombre (Cabildo de Tenerife), exhibe en sus salas de exposición, conforme a un discurso moderno y gran rigor científico, y junto a un diseño novedoso que permite simultanear disfrute y aprendizaje, numerosos conceptos sobre el medio natural de nuestras Islas. Pasear por dichas salas, en un entorno especialmente agradable, con certificado de accesibilidad oficial y bajo los cánones de conceptos museográficos muy actuales, algunos integrados en las nuevas tecnologías, conociendo aspectos de interés sobre biología marina, botánica, vertebrados, entomología, evolución, zoología, geología o paleontología… observando espectaculares piezas, algunas de las cuales encierran entrañables y anecdóticas historias, en ocasiones muy llamativas, resulta un auténtico deleite. Pero no hay que olvidar que estas salas son el resultado de un trabajo de años, constante, meticuloso y muy complejo, en ocasionas desconocido para el gran público, que llevan a cabo un equipo de profesionales entre los que se encuentran conservadores, técnicos, taxidermistas, didactas, preparadores, especialistas que –entre bambalinas- se hallan en constante gestión de talleres, exposiciones, ciclos de conferencias, proyectos de investigación, conservación de colecciones (cientos de miles de registros húmedos y secos de flora, fauna, mineralogía, fósiles…) en definitiva no solo preservando la riqueza natural, también traduciendo a un lenguaje accesible a todos, en especial para el público escolar, ciencia, divulgando ciencia, una labor que permite acercar al ciudadano a una rama del saber que no es tan ardua como pudiera parecer en ocasiones y que, en función de cómo se transmita, puede resultar especialmente interesante y atractiva, diríase cautivadora. Pero al mismo tiempo, inculcando valores de conocimiento y respeto de nuestro patrimonio natural, un patrimonio de valor incalculable que cada día confiamos sea más conocido y en consecuencia más amado. Venga y compruébelo, le esperamos.
Dra. Fátima Hernández Martín
Directora del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife