ENTREVISTA ESCRITA

JOSÉ M. MOLINA CABALLERO, CATEDRÁTICO DE VETERINARIA

Fotógrafo: Paco Hernández. 10 x 15 Fotos. Estas Fotos tienen Derechos de Autor. Prohibida la reproducción de estas fotografías por cualquier medio.

“Nuestro objetivo es crear un servicio de diagnóstico parasitológico veterinario en Canarias”

 

Redacción: Dolores Hernández Díaz. Canarias, 2014.

Desde los años noventa, José M. Molina Caballero ha permanecido vinculado a la actividad docente de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). Durante su cuarto de siglo de trayectoria investigadora, que inició en la Facultad de Veterinaria de Córdoba, ha participado en 21 proyectos de Investigación y Desarrollo; unos estudios centrados primordialmente en “Parasitología en pequeños rumiantes. Respuesta inmune a antígenos parasitarios”. Actualmente, dirige el grupo de investigación de Parasitología, Dermatología y Biopatología Veterinaria de la ULPGC, que ha afrontado el reto de organizar, desde 2012, reuniones científicas en Gran Canaria. 

José Molina Caballero has been working at the Faculty of Veterinary Medicine of the University of Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) since the 1990s. During his quarter century of experience as an investigator, which he began at the Córdoba Faculty of Veterinary Medicine, he has participated in 21 research projects. His research was mainly focused on “Parasitology in small ruminants, Immune response to parasitic antigens”.

At the moment he is directing a group working in research in the Department of Parasitology, Dermatology and Biopatology Veternary Medicine at the ULPGC where he has faced the challenge of organizing scientific meetings since 2012. 

Texto traducido por: London School

– Cuando en 1990 José Manuel Molina Caballero ingresó en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, como especialista en Sanidad Animal, se encontró con una serie de retos. ¿Podría indicarnos los hitos más importantes alcanzados en la Facultad?

“La puesta en marcha de la Unidad de Parasitología de la nueva –por entonces- Facultad de Veterinaria, y en especial en lo referente al equipamiento de su laboratorio partiendo desde cero fue para todos un gran reto. Me refiero a que por entonces, solamente contábamos con un espacio reducido en el barrio de Zárate. Iniciamos entonces un trabajo administrativo, que difícilmente queda recogido en nuestro curriculum, pero necesario para ir dotando a nuestro laboratorio de las infraestructuras mínimas con las que garantizar la formación de nuestros estudiantes, y poder abordar posteriormente esa otra actividad propia de la Universidad es la investigación. A las dificultades propias de la puesta en marcha de una disciplina experimental como la nuestra, se unieron otras relacionadas con la oposición durante estos primero años por parte de algunas instituciones académicas nacionales, algunos sectores políticos e incluso colectivos profesionales, que no veían con buenos ojos el nacimiento de una nueva facultad. Afortunadamente esa oposición –bastante común por otro lado-, quedó atrás hace mucho tiempo, y así, a la incertidumbre de que los estudios en Veterinaria se asentaran en Canarias, siguió un crecimiento progresivo en términos de personal y medios, y que culminaron en el año 2000 con el traslado de nuestro centro a las instalaciones que hoy ocupamos en el término de Arucas.  Ese traslado supuso un antes y un después en la historia de la Facultad de Veterinaria de la ULPGC, ya que se pudieron suplir en gran medida las carencias iniciales, y emprender nuevos retos para mejorar la calidad de la docencia y la investigación desarrollada por los distintos grupos de trabajo. Uno de esos retos fue el que nuestra Facultad se sometiera a la evaluación de la EAEVE (European Association of Stablishments  for Veterinary Education), organismo al que están acogidas las facultades de veterinaria europeas, y que está encargado de evaluar y supervisar este tipo de enseñanzas siguiendo criterios comunes para todos los centros, y que conseguimos superar en el año 2009”.

– En 1987 usted emprendió sus primeras investigaciones en el área de Inmunología Veterinaria en la Facultad de Veterinaria, de la Universidad de Córdoba, con estancias de investigación en el Instituto Moredun de Edimburgo y en el Departamento de Parasitología Veterinaria de la Universidad de Glasgow. Estos primeros experimentos dieron origen a su tesina de licenciatura y a su tesis doctoral1.  ¿Qué destacaría de esas primeras experiencias?

“Creo que es difícil decidir si una determinada actividad profesional es o no de nuestro interés sin haber tenido una experiencia previa. Esos primeros trabajos dirigidos por el Dr. Anguiano de la Facultad de Veterinaria de Córdoba, me sirvieron precisamente para ello. Tuve la suerte de tener ese primer contacto con un laboratorio de investigación, y conocer de primera mano las pautas básicas que rigen esta actividad, especialmente en un campo básico como la inmunología que posteriormente pude aplicar en distintas líneas de investigación. Más tarde tuve la oportunidad de realizar estancias en laboratorios escoceses de referencia en enfermedades de los pequeños rumiantes. La experiencia fue muy positiva en cuanto pude ver como se organizan este tipo de centros con una amplia trayectoria investigadora, y cuyo éxito reside en el máximo aprovechamiento de los recursos y el intercambio de experiencias entre investigadores. Comprendí entonces que ese era el camino a seguir y que la investigación es, por un lado, una carrera en la que difícilmente se consiguen objetivos en solitario, y por otro, es una actividad donde resulta imprescindible la optimización de los recursos disponibles”. 

El éxito de los centros con una amplia trayectoria investigadora reside en el aprovechamiento de los recursos y el intercambio de experiencias entre investigadores«

– Desde 1996, la Facultad de Veterinaria de la ULPGC ha estado representada por un equipo docente en distintas convenciones científicas nacionales e internacionales2. Pero además el Departamento de Parasitología, Dermatología y Biopatología Veterinaria3, que usted lidera, ha afrontado el reto de organizar, desde 2012, reuniones científicas en Gran Canaria. ¿Cree usted que su grupo ha logrado posicionarse en el ámbito académico internacional?

En relación con lo que comentaba anteriormente, creo que es importante destacar que siempre hemos considerado de gran importancia mantenernos al día en los últimos avances presentados en este tipo de encuentros. Esta participación ha servido para que se iniciaran contactos y colaboraciones con distintos grupos en líneas de interés común. En este sentido hemos tenido la suerte de poder contar con la colaboración de distintos grupos nacionales (Córdoba, Cáceres, Tenerife…) como internacionales (R. Unido, Alemania, Australia…) que con sus aportaciones nos han enriquecido y permitido afrontar proyectos que no hubieran sido posible de otro modo, y cuyos resultados nos han servido para ir siendo reconocidos poco a poco en esos foros, hasta el punto -como comenta-, de que depositaran en nuestro grupo la confianza para la organización en Las Palmas de Gran Canaria de dos reuniones internacionales sobre parasitología caprina y ovina en Septiembre del año 2012. En la primera de ellas (4º Workshop de la Acción Europea COST CAPARA “Caprine Parasitology”- FA0805), en cuya organización participé junto con el Dr. Antonio Ruiz, y que fue financiada por la UE,  contamos con expertos en parasitología caprina de toda Europa. A la finalización de este encuentro,  y coordinado por el Dr. Jorge González, tuvo lugar el  “1er Workshop on Genetic Resistance against Parasite in Small Ruminants”, que ha permitido la organización de un grupo internacional de parasitólogos cuyo objetivo se centra en evaluar el potencial genético de razas ovinas y caprinas autóctonas en relación con la mayor resistencia  que muestran frente a los parásitos.  Fue una semana en el que nuestro grupo tuvo un protagonismo en aspectos específicos relacionados con nuestros trabajos, y que en cierta medida suponen un reconocimiento  internacional. Como miembros de la Sociedad Española de Parasitología (SOCEPA), también recayó sobre nuestro grupo la organización del XVIII Congreso Nacional de dicha sociedad, un congreso que por primera vez se abrió a las sociedades europeas de nuestro entorno, que ha propiciado  la participación de investigadores de Francia, Italia y Portugal, y que congregó en nuestra ciudad a 180 investigadores en parasitología de facultades de veterinaria, farmacia y biología, así como de centros de investigación de España y los países antes mencionados”.

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José M. Molina Caballero es profesor del Departamento de Parasitología, Dermatología y Biopatología Veterinaria
de la ULPGC.
Fotógrafo: Paco Hernández. 10 x 15 Fotos.
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En determinados campos científicos, como en las Ciencias Veterinarias, según Molina Caballero, “los resultados de las investigaciones son aportaciones al conocimiento de cada materia, de la que se ven beneficiados toda la comunidad científica”. Tras su experiencia en 21 proyectos de I+D, ¿considera que el respaldo institucional y empresarial en materia de investigación es el apropiado?

“Cuando se habla de cuestiones económicas en el ámbito de la investigación, todos los recursos son pocos, al requerir de medios materiales por lo general bastante costosos. Sin embargo, más importante aún que las necesidades técnicas o materiales, son las referidas a las de personal que pueda estar vinculado a un proyecto en el día a día. La falta de una carrera investigadora como tal en España, hace que cada vez sea más difícil vincular a jóvenes investigadores en los grupos de trabajo ante una perspectiva de futuro incierta. No es de extrañar por tanto que leamos a diario noticias sobre la decreciente valoración de la innovación y el desarrollo de España en el contexto europeo. Así la Universidad Española, a pesar de ser la institución que en términos generales  produce la mayor parte de la I+D en el país, ha pasado de una situación más o menos sostenible, en el que era factible acceder a subvenciones competitivas –sometidas a las correspondientes evaluaciones por organismos externos, y la subsiguiente selección- a no poder concurrir a ningún tipo de convocatoria, como está ocurriendo en Canarias durante los últimos años. Esa es la realidad en la que nos encontramos en la actualidad, en la que resulta muy complicado mantener grupos de investigación estables y con recursos para seguir una determinada línea. De momento,  parece que la única posibilidad pasa por Europa, donde alguno de sus países están acogiendo a investigadores formados en España, y que no pueden continuar su carrera aquí,  y se trata también de prácticamente la única fuente de financiación a la que podemos optar a través de colaboraciones con grupos del extranjero. En relación con el respaldo empresarial que me comentaba, creo que aún son escasas las interacciones entre el entorno universitario y empresarial, circunstancia en la que ambos sectores tienen su parte de culpa.  En mi caso particular, puedo hablar de algunas experiencias, que por lo general han sido más satisfactorias cuando dichas empresas han contado con administradores con un bagaje investigador previo, mientras que cuando eso no ha sido así,  el acercamiento a la universidad de esas empresas “tecnológicas” ha estado más orientado a la obtención de subvenciones estatales o regionales, que a llevar a cabo actividades realmente innovadoras. En esos últimos casos, he echando en falta un mayor control y seguimiento de la financiación recibida, tal y como ocurre habitualmente con los recursos destinados a entidades públicas como la nuestra”.

Los resultados de las investigaciones son aportaciones al conocimiento de cada materia, de la que se ven beneficiados toda la comunidad científica»

– Su grupo de investigación ha mantenido colaboraciones con las Cátedras de Parasitología de las Facultades de Veterinaria de Córdoba y de Cáceres. ¿Cuáles fueron las  bases de estos trabajos? “Los estudios de veterinaria en la ciudad de Córdoba tienen más de 160 años de historia, constituyéndose como facultad en el año 1943, siendo la única que impartía este tipo de docencia en toda la mitad sur de la Península. No es de extrañar por tanto, que las Facultades de Veterinaria surgidas durantes los años 80 en su área de influencia como la de Cáceres, Murcia y posteriormente Las Palmas de Gran Canaria se nutrieran de profesorado procedente de ese centro matriz. Sin ir más lejos, por entonces fue la Facultad de Veterinaria de Córdoba donde se formaron numerosas promociones de veterinarios canarios, algunos de los cuales integran el equipo docente de nuestro centro. Es por ello, que los vínculos con esa escuela, y con los grupos que surgieron a partir de ella hayan sido muy estrechos,  a la vez que muy beneficiosos para los centros más noveles, tanto desde el punto de vista docente como investigador. Es en ese contexto donde surgieron las colaboraciones a las que hace referencia, y que se concretaron en la dirección de tesis doctorales por parte de catedráticos de esas universidades, la realización de estancias formativas de investigadores de nuestro grupo en sus laboratorios, así como trabajos de investigación que sirvieron, a partir de sus experiencias e incluso sus medios –al menos inicialmente-, para ir concretando nuestras propias líneas de trabajo”.

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Estudios epidemiológicos de enfermedades parasitarias

– Desde los años noventa, los investigadores del Departamento de Parasitología, Dermatología y Biopatología Veterinaria de la ULPGC vienen desarrollando una serie de estudios sobre parásitos que afectan a  la cabaña ganadera de Canarias. ¿Cuál es el motivo por lo que esos trabajos  se hayan centrado primordialmente en el ganado caprino?

“Siempre hemos entendido que nos debemos al entorno social que nos rodea, porque es el que nos sostiene, y al que hemos de dar respuesta en la medida de nuestras posibilidades. En ese sentido, hemos de tener en cuenta que en la actualidad, el principal recurso ganadero del Archipiélago sigue siendo la producción caprina. Son muchas las familias que aprovechan  este recurso como medio de vida, o como apoyo a su economía, sin olvidar que entorno a esta especie gira una industria agroalimentaria que ofrece productos de calidad muy reconocida,  y que son elementos fundamentales dentro de la  gastronomía canaria. Es por ello que sean los parásitos que afectan a la cabra, y que repercuten de forma negativa en su capacidad productiva, en los que hayamos centrado gran parte de nuestros trabajos. Nos gustaría que los avances científicos que se están produciendo en este ámbito, nuestras experiencias y las de otros grupos de investigación de nuestro centro,  se pudieran aprovechar de forma más directa por parte de este sector. De momento, nuestra labor está orientada a la formación de veterinarios que ya están haciendo  llegar esos avances a los usuarios, así como en la puesta a punto de los procedimientos más adecuados que sirvan de apoyo para la mejora de la producción de esta especie, y que se encuentran a disposición de técnicos y ganaderos de este sector”.

– La Toxoplasmosis es una de las zoonosis parasitarias más difundida en todo el mundo. A tenor de los distintos estudios, ¿cuáles son las aportaciones de su grupo en relación a esta infección parasitaria en ganado caprino? “Una de las primeras líneas que inició nuestro grupo como tal fue precisamente esta infección parasitaria producida por Toxoplasma gondii. Esta especie tiene la capacidad de transmitirse al hombre a partir de los animales, lo que conocemos como zoonosis, con repercusiones que podrían ser importantes en mujeres embarazadas, en el que este protozoo podría producir abortos, o malformaciones congénitas graves en el feto. Es por eso que toda la información que se disponga sobre  la frecuencia de presentación, distribución y factores que afectan a su diseminación en una determinada región resulte muy interesante. Nuestro grupo contribuyó a determinar que la frecuencia de presentación (prevalencia) es bastante elevada en ganado caprino de Gran Canaria (próxima al 65 %), lo que nos indica que las condiciones climáticas así como las de manejo a la que se somete esta especie en esta isla favorece su diseminación, y nos alerta de la necesidad de evitar el consumo de carne poco cocinada de esta especie para evitar el contagio en población de riesgo (embarazadas), práctica que debería generalizarse a productos cárnicos derivados de otras especies domésticas destinadas al consumo humano (oveja, ternera, cerdo, pollo…). La cabra también puede sufrir problemas de abortos lo mismo que ocurre en la especie humana. Ante este problema, nuestro grupo ha contribuido a mejorar los procedimientos de diagnóstico de este problema parasitario mediante técnicas serológicas (analizando que antígenos de T. gondii, y los isotipos de anticuerpos más adecuados) así como mediante procedimientos moleculares adaptados a esta especie animal”.

– Esta infección parasitaria también se desarrolla entre los felinos (Toxoplasma gondii). ¿Qué medidas de control y prevención aconseja el veterinario a los cuidadores para evitar la toxoplasmosis congénita?

“En el ciclo biológico de este protozoo, el gato constituye una pieza fundamental, al ser este animal doméstico, junto con otros félidos, el hospedador definitivo, donde el parásito completa su ciclo dando lugar a huevos (ooquistes) infectantes que se diseminan a través de sus heces, y que suponen una importante fuente de infección para el resto de animales y el hombre, mediante el consumo de aguas o alimentos vegetales contaminados con esos ooquistes. Una vez desarrollada la infección en estos últimos, también se produce transmisión entre ellos por el consumo de carne cruda o poco cocinada. En la mayoría de los casos, la infección cursa de forma asintomática. El ciclo se cierra cuando el gato tiene acceso a alimentos contaminados, iniciándose de nuevo el ciclo. La toxoplasmosis congénita se desarrolla en mujeres (y hembras domésticas) gestantes que no han tenido una infección previa con el parásito. En esas condiciones, T. gondii puede colonizar la placenta y tejidos del feto (tiene un tropismo alto por el tejido nervioso) pudiendo determinar abortos o malformaciones. Es por ello que en los protocolos médicos de seguimiento  de la gestación se incluya la determinación de anticuerpos frente a este parásito, para de esa forma determinar los riesgos de que se desarrolle esta forma más grave de la infección, y en caso necesario, llevar a cabo chequeos a lo largo del embarazo, para de esa forma -si fuera necesario- realizar los tratamientos oportunos que eviten las consecuencias que comentábamos sobre la salud del feto. En los casos de máximo riesgo, además de recomendarse el consumo de alimentos bien lavados (frutas y verduras) y cocinados (carnes), resulta aconsejable evitar en la medida de lo posible el contacto con deyecciones de gatos. En los gatos domésticos, se puede determinar mediante una serie de análisis el riesgo de que transmitan la infección, dichos análisis junto con medidas como evitar que consuman carne cruda (o que tengan posibilidad de cazar, por ejemplo roedores) resultan convenientes para reducir al mínimo las posibilidades de transmisión de la infección”.

– Entre sus trabajos en ganado caprino hay que mencionar los que se han centrado en otras especies de coccidios de los géneros Eimeria y Cryptosporidium. ¿Qué tipo de enfermedad provocan este grupo de patógenos? ¿Qué resultados proporcionaron los análisis clínicos que realizaron?

“Se tratan de protozoos que tienen importancia clínica en animales jóvenes, donde son responsables de problemas intestinales resultantes de la multiplicación del parásito en este órgano, produciendo enfermedades que cursan con diarrea, que puede llegar a ser muy grave, incluso determinar la muerte de los animales afectados, y cuando menos, retrasos en el crecimiento con las consiguientes pérdidas económicas para el ganadero. Con nuestros trabajos pudimos concretar que en el caso de Cryptosporidium sp. ( que afecta a baifos recién nacidos, y que puede ser también el origen de una zoonosis) la mortalidad ocasionada en las explotaciones podría tener su origen en una inadecuada toma de calostro en estos animales, circunstancia que tiene lugar en sistemas de producción intensiva, con parideras muy concentradas. El otro problema al que hacía referencia, la coccidiosis producida por especies del Género Eimeria, afecta a baifos durante los primeros meses de vida, ocasionando también trastornos gastrointestinales. Estudios realizadas en explotaciones caprinas de distintas islas del Archipiélago, pusieron en evidencia que se trata de un problema muy extendido, en el que  en Canarias se ven involucradas las especies de este género que tienen mayor capacidad patógena como E. ninakohlyakimovae o E. arloingi,  responsables de brotes de coccidiosis con una elevada morbilidad y mortalidad durante las semanas posteriores al destete”.

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Molina Caballero en una de las dependencias de la Facultad de Veterinaria de la ULPGC.
Fotógrafo: Paco Hernández. 10 x 15 Fotos.
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– Como usted ha indicado, las infecciones con Eimeria ninakohlyakimovae, representan una de las más importantes enfermedades producidas por coccidios en las cabras, afectando severamente a la salud animal y rentabilidad de la industria del caprino. Ustedes desarrollaron un sistema in vitro para el estudio del patógeno mencionado. ¿Por qué, a nivel de investigación, es necesario el establecimiento de cultivos in vitro para el desarrollo de estrategias básicas en vacunación y tratamiento?

“Esta línea de trabajo resulta muy interesante. Esta coordinada dentro del grupo por el Dr. Antonio Ruiz, y con ella se ha establecido un sistema de cultivo de células endoteliales de ganado caprino. Esto permite mantener en laboratorio una línea de células factible de conservarse congelada, y reactivarse cuando es necesario para realizar un determinado estudio. Estas células son las primeras que se ven afectadas por este parásito,  de modo que este sistema permite analizar de forma profunda las interacciones que se producen entre el protozoo y las células del hospedador, de forma que se puede analizar las señales celulares que se producen durante e inmediatamente después del contagio, y como el parásito es capaz de penetrar dentro de ellas, evadiendo los mecanismos defensivos del hospedador. Con ello se puede obtener una información muy valiosa de cómo podemos bloquear esa penetración bien mediante tratamientos farmacológicos o potenciando los mecanismos defensivos, todo ello sin la necesidad de utilizar animales de experimentación, cada vez más restringida por la normativa europea de bienestar animal”.

Se ha establecido un sistema de cultivo de células endoteliales de ganado caprino que permite mantener en laboratorio una línea de células factible de conservarse congelada y reactivarse cuando es necesario para realizar un determinado estudio»

– ¿Qué resultados arrojaron los estudios epidemiológicos de giardosis en el ganado caprino de la comunidad autónoma de Canarias?

Giardia duodenalis (sin. G. lamblia, G. intestinalis) es un protozoo flagelado que puede afectar al hombre y los animales domésticos como el ganado caprino. En esta última especie, esta infección intestinal cursa de forma asintomática en la mayoría de las ocasiones, pero en animales jóvenes  puede estar relacionada con trastornos entéricos que se manifiestan con diarreas. En estos trabajos pudimos demostrar la presencia de este parásito en más del 95 % de las explotaciones caprinas de Gran Canaria que fueron estudiadas, así como  en más del 40 % de los animales jóvenes (2-6 meses de edad) analizados. Tradicionalmente, este flagelado se ha considerado responsable de una zoonosis, y por tanto susceptible de transmitirse de los animales al hombre. Sin embargo, la posibilidad de utilizar recientemente procedimientos moleculares, nos permite determinar si los aislados de los animales (assemblage) son susceptibles o no de producir enfermedad en el hombre, normalmente a través del agua o de verduras regadas con aguas contaminadas. En nuestro caso, pudimos determinar que el ganado caprino de nuestro entorno no parece jugar un papel importante en la transmisión de esta enfermedad al hombre”.

– ¿Qué han puesto de manifiesto las diversas investigaciones practicadas por los investigadores de su Departamento sobre las nematodosis gastrointestinales en pequeños rumiantes, -ovinos y caprinos-?

“Nuestros estudios han puesto de manifiesto que las infecciones por estos  gusanos redondos se encuentra muy extendida entre los pequeños rumiantes de nuestras islas, con una distribución que se encuentra muy ligada a factores ambientales, siendo más frecuentes más en animales que pastorean en microclimas húmedos. Habitualmente no producen infecciones muy graves, pero siempre restan capacidad productiva a los animales afectados. Entre las especies de nematodos que hemos podido diagnosticar se encuentran dos de las más patógenas como son Teladorsagia circumcincta y Haemonchus contortus. En algunas ocasiones hemos podido detectar algunas especies que podríamos considerar exóticas como Camelostrongylus mentulatus, más propio de camélidos como el dromedario, y que hemos observado en cabras procedentes de explotaciones del sur de G. Canaria próximas a núcleos donde se explota el dromedario con fines turísticos. La amplia distribución de este tipo de especies parásitas ha sido el origen de distintos trabajos relacionados con el tratamiento y la prevención de las enfermedades que ocasionan”.

Parasitology Research

– Referente al dromedario, destacan los Proyectos de I+D: “Diagnóstico serológico de la tripanosomosis en el dromedario. Seroepidemiología de la enfermedad en Canarias” (1999-2000) y “Sondeo epidemiológico sobre parasitosis del dromedario (Camelus dromedarius) en los campamentos saharauis de Tinduf”(2001). ¿Qué interés aplicado tuvieron estos proyectos?

“En el primero de ellos, el proyecto surgió a raíz de la detección de un brote de tripanosomosis en un núcleo de dromedarios ubicado en el Sur de Gran Canaria. Esta enfermedad producida por el protozoo sanguíneo Trypanosoma evansi, se consideraba erradicada de todo el territorio español desde hacía años, pero posiblemente a partir de la importación de animales del Norte de África, donde esta enfermedad es endémica, se asentó en zona que le comentaba antes. Se trata de una enfermedad grave, que puede producir la muerte de los animales afectados, y que se puede transmitir a otras especies domésticas como los caballos, incluso rumiantes y animales de compañía mediante la picadura de moscas hematófagos o tábanos. Al tratarse de un problema importante, y que podría afectar de forma muy negativa a la cabaña ganadera, se llevó a cabo el desarrollo de un test serológico para la detección de esta infección en dromedarios, no solo de Gran Canaria, sino también de otras islas donde también cuentan con esta especie, como Tenerife, Fuerteventura y Lanzarote.  Este procedimiento de diagnóstico, sirvió para detectar las explotaciones que contaban con animales parasitados, para establecer los protocolos adecuados de tratamiento y control, que en definitiva evitaran la diseminación de la enfermedad. En relación al proyecto desarrollado en los Campamentos de Refugiados de Tinduf, tuvo un componente de cooperación muy importante, en cuanto que sirvió para que se establecieran contactos entre veterinarios saharauis y de nuestro grupo de investigación, a través de visitas a dichos campamentos, donde se evidenciaron prácticas sanitarias incorrectas que estaban favoreciendo el desarrollo de algunas zoonosis graves como la hidatidosis entre la población de refugiados, a la vez que sirvió para que esos veterinarios que realizaban su labor en los campamentos llevaran a cabo estancias formativas en nuestro centro”.

El proyecto desarrollado en los Campamentos de Refugiados de Tinduf sirvió para que se establecieran contactos entre veterinarios saharauis y nuestro grupo de investigación»

– Los veterinarios señalan que otra infección parasitaria importante por su amplia distribución, y por el interés que despierta entre los propietarios de mascotas (perros y gatos) es la dirofilariosis. El interés por el gusano del corazón, término que se emplea comúnmente, les llevó a estudiar la distribución y evolución de la incidencia de esta enfermedad en Gran Canaria, así como las consecuencias clínicas de los tratamientos de las formas adultas de este parásito. ¿Cuáles fueron las conclusiones de esos trabajos?

“Efectivamente se trata de una de las enfermedades que afectan a los animales de compañía, sobre la que están más concienciados los propietarios. Esos estudios sirvieron para poner de manifiesto que este parásito (Dirofilaria immitis) cuenta en las Islas Canarias unas condiciones muy idóneas para desarrollarse. La explicación se encuentra en la necesidad de que intervengan en su ciclo biológico mosquitos, que requieren temperaturas medias elevadas y ambientes húmedos para poder desarrollar su propio ciclo de vida. Esas condiciones se dan en nuestro entorno en gran medida, y de ahí que Canarias sea la región española en la que la prevalencia sea más elevada.  Afortunadamente, hoy día los veterinarios especialistas en animales de compañía disponen de tratamientos preventivos muy eficaces para evitar el contagio y desarrollo de la enfermedad, lo que está haciendo que su frecuencia de presentación vaya disminuyendo progresivamente. Cuando esa prevención no es posible, y la enfermedad llega a desarrollarse, estudiamos cuáles eran los efectos de los tratamientos adulticidas, es decir, contra los gusanos que llegan a desarrollarse en el corazón de los animales afectados. El procedimiento de evaluación que pusimos a punto, nos llevó a determinar que esos tratamientos requieren de un seguimiento más prologado que lo que marcaban las pautas tradicionales, al tener lugar depósitos de inmunocomplejos (complejos formados por fragmentos de los parásitos y anticuerpos del hospedador) durante periodos superiores a lo que se pensaba. El depósito de esos complejos en distintos tejidos, especialmente a nivel renal o pulmonar, podría agravar la enfermedad producida por el propio parásito”.

Estrategias de Control de Enfermedades Parasitarias

– Ustedes han puesto en práctica otros trabajos relacionados con la utilización de procedimientos alternativos a los utilizados en la actualidad para el control de  enfermedades parasitarias que afectan al ganado. ¿Qué datos de interés nos puede proporcionar sobre el tema?

“Este tipo de estudios tratan de dar respuesta a los problemas que plantea ese control, apoyándonos en la información que disponemos, y basada en las contribuciones que van haciendo distintos grupos de investigación. Con esas investigaciones tratamos de aplicar todas esas experiencias, teniendo en cuenta las peculiaridades de nuestro entorno. En general hay un gran consenso en la idea de que los sistemas de control parasitario en especies ganaderas, basadas fundamentalmente en el uso de antiparasitarios, no son sostenibles en el tiempo. Esta idea tiene su justificación en la creciente aparición de problemas de resistencias a los principios activos disponibles en la actualidad, sin que ello vaya acompañado de comercialización de nuevos productos. A este problema, se añade la demanda, cada vez mayor, de productos de origen animal procedentes de sistemas de producción ecológicos, en el que el uso de tratamientos farmacológicos se encuentra muy restringido. Ante esa situación, se está tratando de encontrar procedimientos que permitan un uso más racional de los fármacos que disponemos, para evitar esos problemas de resistencias, o lleva a cabo otros procedimientos, que bien combinados entre sí, o conjuntamente con el uso más limitado de antiparasitarios, pudieran contrarrestar el efecto negativo que ocasionan las infecciones parasitarias sobre la producción ganadera. Esas líneas de actuación, en las que estamos trabajando en colaboración con investigadores  de distintos grupos extranjeros, incluyen el desarrollo de métodos de diagnóstico (por ejemplo a partir de muestras de leche),  la búsqueda de componentes de los parásitos con capacidad de inducir protección frente a las infecciones que producen, nuevos principios activos antiparasitarios, o incluso analizar los mecanismos de defensa innatos que desarrollan algunas razas autóctonas canarias que muestran resistencia a las infecciones parasitarias”.  

– El desarrollo de vacunas constituye una de las estrategias para el control de la parasitosis. ¿Qué ensayos vacunales ha realizado su grupo de investigación de la Facultad de Veterinaria de la ULPGC ?

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“Es bastante complicado hablar de vacunas frente a parásitos, de hecho son muy pocas las que se encuentran comercializadas para el control de este tipo de infecciones. En general se trata de organismos mucho más complejos que bacterias o virus, frente a los cuales si se disponen de vacunas eficaces. Los avances más efectivas por el momento  han sido las obtenidas frente a protozoos, parásitos unicelulares más sencillos, hasta el punto de  contar en la actualidad con  preparados de uso habitual en la prevención de coccidiosis en la industria avícola. Sobre la base de esos resultados, recientemente nuestro grupo –coordinado por el Dr. Ruiz- ha llevado a cabo el primer ensayo de vacunación frente a coccidios en rumiantes, en concreto en ganado caprino, con resultados bastantes esperanzadores, al conseguir reducir la sintomatología ocasionada por el parásito en los animales vacunados. Otra cuestión es cuando se plantea la vacunación frente a otros grupos de parásitos como son los helmintos (gusanos), mucho más complejos, a los que se une la dificultad de que requieren una capacidad de respuesta inmune que habitualmente no disponen los individuos jóvenes, por otro lado los más susceptibles, y donde la vacunación sería más beneficiosa. A estas dificultades, se une la necesidad de que estas vacunas sean factibles de producirse de forma industrial, mediante procedimientos biotecnológicos que reduzca sus costos de producción. A pesar de estos problemas, son muchas las contribuciones que se pueden encontrar en la bibliografía científica durante los últimos años, en las que los distintos ensayos llevados a cabo han mostrado resultados de  protección parcial frente a este grupo. En nuestro caso, también hemos tratado de hacer aportaciones  en relación a parásitos (nematodos) que son frecuentes en el ganado caprino como H. contortus y T. circumcincta, utilizando como inmunógeno (proteínas del parásito con actividad protectora) algunas enzimas que son importantes en la supervivencia de estas especies dentro del hospedador”.

– Otra línea de intervención relacionada con el control de enfermedades parasitarias de los animales domésticos está asociada al aprovechamiento de los recursos genéticos de razas autóctonas. Su grupo lleva años investigado sobre una raza ovina canaria (Ovino Canario de Pelo, conocida popularmente como Pelibuey). ¿Qué posibilidades abre esta vía de actuación?

“Sin duda, la selección genética de las especies ganaderas ha mejorado su capacidad productiva, haciendo más rentable su explotación, contribuyendo al mismo tiempo a cubrir las necesidades  de la población. Esas necesidades han determinado una selección enorme, tratando de suplir una demanda cada vez mayor. En ese proceso,  la cría de razas con menores capacidades productivas ha quedado marginada, hasta incluso la desaparición de alguna de ellas. Esa extinción está suponiendo la pérdida de otras capacidades que se han ido generando en un proceso evolutivo que ha durado cientos de años, que si bien no tienen una relación directa con una mayor o menor producción de carne, de leche o cualquier otro producto, se tratan de características que se transmite a las siguientes generaciones, y que son tan interesantes como la capacidad de adaptación a un determinado medio, aprovechando los recursos disponibles, o su capacidad a soportar o defenderse de forma natural a infecciones producidas por distintos parásitos que son comunes en su entorno.

Las investigaciones de la oveja de pelo canaria están orientadas hacia la selección de razas productivas que mejorarán su capacidad de defensa a las infecciones parasitarias así como la búsqueda de dianas terapéuticas frente a los parásitos»

Ese planteamiento nos ha llevado a realizar una serie de trabajos coordinados por el Dr. González, en colaboración con investigadores de la Universidad de Melbourne, en los que se considera la posibilidad de que la oveja de pelo canaria pudiera haber desarrollado mecanismos de defensa frente a algunos parásitos que no se han descrito previamente en esta especie. Estas investigaciones están orientadas hacia la selección de razas productivas que  mejoraran su capacidad de defensa a las infecciones parasitarias, así como a la búsqueda de dianas terapéuticas frente a los parásitos”.

– Como comentó anteriormente, para el control y tratamiento de las infecciones parasitarias, hoy día se encuentran en el mercado una amplia gama de productos antiparasitarios de uso en ganadería. Ustedes han trabajado sobre la eficacia y la persistencia de distintos fármacos en el ganado caprino. ¿A qué conclusiones han llegado?

“Es cierto que en el mercado se encuentran una amplia gama productos antiparasitarios de uso común en el control y tratamiento de las enfermedades parasitarias. La mayoría de ellos muestran una eficacia muy buena sobre los parásitos que afectan a las especies ganaderas.  En el caso del ganado caprino, contamos con el inconveniente de que mucho de esos productos no se encuentran avalados con estudios específicos, de modo que su utilización  se suele basar en los resultados obtenidos en otras especies rumiantes como el bovino o el ovino.  La licencia para el uso de un determinado producto en una especie, supone una serie de trámites y costos para las empresas farmacéuticas, de ahí que muchos de estos productos se comercialicen sin una autorización expresa para caprinos, a sabiendas de se utilizarán siguiendo las mismas pautas, especialmente las referidas a ovinos. Ese procedimiento ha sido el habitual. Los estudios a los que hace referencia, nos permitieron concluir que el comportamiento del ganado caprino ante estos fármacos antiparasitarios no guardan ninguna relación con su utilización en otras especies rumiantes, hasta el punto de mostrar una efectividad en el tiempo mucho menor, incluso utilizando una dosis doble a la recomendada para ovinos. Esta circunstancia, corroborada por otros investigadores en ensayos  con otros antihelmínticos  han impulsado una solicitud a la UE por parte de los investigadores  integrantes de la acción europea COST CAPARA (Caprine Parasitology) para la revisión de los tratamientos antiparasitarios en ganado caprino”.

– “La creciente aparición de cepas de parásitos resistentes, así como la escasa comercialización de nuevos antiparasitarios durante los últimos años,” les ha llevado a indagar sobre la utilización de  nuevos principios activos a partir de las plantas autóctonas. Ciñéndonos a nuestro territorio insular, ustedes han descubierto que la Tedera (Ruta picnata) tiene una elevada eficacia antiparasitaria y plaguicida. ¿Cuál fue el origen de esa línea de investigación y  el alcance científico de este descubrimiento4?  

“Las Islas Canarias cuentan con una diversidad biológica enorme, yo diría que se trata de un caso único, teniendo en cuenta que hablamos un territorio de dimensiones reducidas, pero que a pesar de ello cuenta con una variedad de plantas autóctonas impresionante. Esa variedad que afecta también al Reino Animal, tanto en el medio terrestre como acuático, es el resultado de millones de años de evolución. Todas esas especies únicas están hoy día presentes en la naturaleza,  nos están indicando que fueron las más fuertes, las que mejor se adaptaron al entorno y las circunstancias, a través de mecanismos que en la mayoría de las ocasiones desconocemos, pero que pueden ser la llave para afrontar problemas que nos afectan en la actualidad, o que lo harán en un futuro. Ahí reside la importancia de conservarlas; no podemos permitir que se pierdan,  y desaprovechar estos recursos naturales. En este caso en concreto,  con estos trabajos hemos tratado de darle una base científica al uso tradicional de la Tedera en el tratamiento de infecciones parasitarias en el ganado, e incluso en el hombre, en entornos rurales de algunas de nuestras islas. Ese planteamiento fue el origen de una serie de ensayos en los que se analizó la actividad antiparasitaria de varios extractos de esta planta frente a distintos grupos de parásitos (coccidios y nematodos) que afectan al ganado, y que posteriormente se ampliaron a distintas plagas agrícolas por parte de otros investigadores, obteniéndose resultados bastantes prometedores. Es necesario llevar a cabo otros estudios para determinar los compuestos responsables de esta actividad antiparasitaria, así como la posibilidad de obtenerlos de forma sintética -lo que favorecería su producción industrial-, en lo que están involucrados investigadores del  Instituto de Bio-orgánica de la Universidad de La Laguna”.

Hemos tratado de darle una base científica al uso tradicional de la Tedera en el tratamiento de infecciones parasitarias en el ganado, e incluso en el hombre, en entornos rurales de algunas de nuestras islas»

– Teniendo en cuenta la experiencia que han ido adquiriendo durante estos  años, ¿cuáles son las líneas de trabajo que cree que seguirá su grupo de investigación en el  futuro? 

“Estamos interesados en mantener las líneas relacionadas con métodos alternativos de control antiparasitario (vacunación, principios activos de extractos de Ruta picnata, mecanismos innatos de defensa frente a parásitos en razas canarias…), aunque se desarrollarán en mayor o menor medida dependiendo de los recursos económicos que dispongamos en cada una de ellas. También estamos interesados en profundizar sobre las interacciones que se producen entre parásitos que pueden desarrollarse conjuntamente en los animales. Estas infecciones mixtas suelen ser habituales en condiciones naturales. Cada especie parásita, de forma individual, es capaz de inducir modificaciones de los mecanismos defensivos que desarrolla el hospedador, para de esa forma poder permanecer en él. La alteración de los mecanismos defensivos que produce un determinado parásito,  puede favorecer la proliferación de otros, aumentando con ello los daños que ocasionan en el hospedador, o haciendo menos efectivos procedimientos de tratamiento y control, haciendo por ejemplo que las vacunaciones no sean efectivas, ya no solo frente a parásitos, sino frente a otros organismos. Durante los últimos meses, también nos estamos esforzando en ofrecer a través del Hospital Clínico Veterinario de la ULPGC, en poner en marcha un servicio de diagnóstico parasitológico veterinario, con el objetivo de dar una respuesta a la demanda de veterinarios que ejercen su actividad en nuestra región , y que a la vez pretendemos que pueda integrarse dentro de un plan formativo de nuestros estudiantes, así como de estudiantes foráneos  a través del Colegio Europeo de Parasitología Veterinaria (EVPC)”. Solamente añadir finalmente, que todas estas consideraciones que he ido haciendo a lo largo de esta entrevista, son el resultado de un trabajo colectivo, en el han intervenido muchas personas que han colaborado con nuestro laboratorio durante los últimos 20 años, y sin cuyas aportaciones no hubiera sido posible llevarlo a cabo”.

1. José Manuel Molina realizó su tesina de licenciatura sobre el efecto de ciertos fármacos (glucocorticoides sintéticos) sobre la actividad de células relacionadas con la respuesta inmune (neutrófilos) en el perro. Su tesis doctoral, titulada “Aportaciones al diagnóstico inmunológico de la paratuberculosis caprina”,  la presentó en 1992.

2. Congreso Ibérico de Parasitología, Encuentro de Veterinarios de las Regiones Autónomas de Azores, Madeira, Canarias y Cabo Verde, European Multicolloquium of Parasitology, etc.

3. Grupo de Investigación Parasitología, Dermatología y Biopatología Veterinaria (http://alojamiento.ulpgc.es/cgi-bin/servicios/ui/grupos/info.cgi?codgrupo=16)

4. El uso de esta planta se encuentra protegido por una patente: “Utilización de extractos de Ruta picnata como antiparasitario, antiséptico y fitosanitario P201030356) para su explotación”, por parte de la empresa CEAMED S.A.

Número de Asiento Registral: 00/ 2021 / 4682.

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